Los diversos tipos de postres pueden clasificarse de las formas más diversas (por su composición, sus ingredientes, su presentación, etc.). Aún así, se han tratado de establecer criterios unificados para clasificar a los diversos tipos de postres.
Los postres denominados “simples naturales” son aquellos en los que las frutas conforman la parte más importante del platillo.
Los postres de “frutas variadas” son aquellos que mezclan diversas frutas formando un conjunto unificado que no agrede al paladar con una innecesaria combinación de sabores.
Los postres de frutas de “elaboración simple” son aquellos como los zumos o los jugos del tipo cítrico (limón, naranja, lima, etc.). Pueden ser almacenados en una ambiente frigorífico acondicionado por un tiempo máximo de cuatro días.
El postre “macedonia” es aquella combinación de frutas que pueden ser crudas o cocidas, con o sin semillas, semienteras o troceadas.
Los llamados postres “simples elaborados” son aquellos que cuentan con aporte importante de proteínas y de calcio. Entro de este tipo entran los quesos (y su amplia variedad) y, muchas veces, este postre es empelado como aperitivos.
Los postres de repostería son el conjunto más amplio y tienen como principales ingredientes el azúcar, los huevos, la leche, ocasionalmente las frutas con un uso menor (y en ocasiones inexistentes) de las harinas.
Los postres que son frios hay que conservarlos en la nevera para no romper su cadena de frio, sin embargo los postres que su mayor cantidad sea la fruta se pueden introducir en la nevera a una altura media para su conservacion.
Y los postres congelados se deven sacar unos instantes antes para que tengan una temperatura acorde al ambiente.